UN AÑO FUERA DEL AIRE
Hace un año el mundo me volteó de cabeza. Un despido fue suficiente para poner a temblar mi mundo entero. 13 días antes de que se decretara la pandemia en el estado, me vi rodeada de mensajes, de confusión y de mucha incertidumbre. Hoy, un año después, los mensajes son casi nulos, la confusión bajó considerablemente y la incertidumbre se ha convertido en mi mejor amiga. Un despido fue suficiente para ver mi vida de frente y sin escalas. Hay muchas lecciones aprendidas. Por ejemplo, entendí que la amistad que no se manifiesta cuando estás perdido, no existe, nunca existió. Que la lealtad que vale es la que se tiene hacia uno mismo y que obtener un trabajo deja de ser prioridad cuando lo que se busca es congruencia de ideales. Sí, hubo ofertas. Pero el trabajo es como una relación de pareja. Terminar un ciclo y empezar otro inmediatamente, impide revisar con calma tus fallas y aciert...